La transformación digital de la sanidad está mejorando radicalmente la capacidad de médicos, hospitales y organizaciones para tratar a los pacientes y ayudarles a vivir más tiempo y con mejor salud.
Sin embargo, como en cualquier transformación, los retos son inevitables.
En este artículo, analizaremos algunas de las tendencias clave de esta transformación digital, así como los retos a los que se enfrenta el sector en la actualidad.
Hoy en día, los pacientes esperan experiencias sanitarias más personalizadas que igualen el nivel de servicio que encuentran en casi todos los demás aspectos de su vida.
El aumento de los gastos administrativos y generales ha obligado a las organizaciones sanitarias a aumentar las tarifas de los servicios de atención al paciente.
La transformación digital aumenta la eficiencia global de las organizaciones sanitarias y reduce los costes, al tiempo que mejora los niveles de servicio.
La sanidad es uno de los principales sectores industriales que se enfrenta a una importante escasez de profesionales cualificados.
La OMS calcula que en el mundo faltan 7,2 millones de profesionales sanitarios.
La transformación digital puede ayudar a colmar algunas de las lagunas de esta escasez mediante :
El desarrollo ágil de software, que es un modelo iterativo e incremental, permite realizar adiciones o cambios en cualquier fase del proceso de desarrollo para crear un software que funcione bien en esta era de rápidos cambios.
A la hora de crear el software que impulse la transformación digital en el sector sanitario, tendrá sentido plantearse el desarrollo ágil o asociarse con un equipo externo que aplique esta metodología.
La Internet de los objetos médicos (IoMT) hace referencia al uso de dispositivos conectados a Internet para vigilar la salud de los pacientes, recopilar datos sanitarios en tiempo real y ofrecer una asistencia sanitaria personalizada.
Estas tecnologías IoMT ya están aquí, cambiando la vida de millones de personas al darles un mejor control sobre su salud y mejorar las comunicaciones con los profesionales sanitarios.
Los dispositivos IoMT ("wearables") pueden ser portátiles (como los smartwatches y las pulseras de fitness) o implantables (como los marcapasos), y suelen estar equipados con sensores que miden datos como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el azúcar en sangre y la saturación de oxígeno, por ejemplo.
La IA se utiliza cada vez más para diagnosticar enfermedades, establecer planes de tratamiento, predecir resultados y acelerar la toma de decisiones.
Por ejemplo, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) autorizó el primer dispositivo médico que utiliza inteligencia artificial para detectar la retinopatía diabética basada en fotos de la retina en 2018 y alrededor de otros 30 dispositivos médicos desde entonces.
El software de IA también puede examinar millones de estudios médicos para encontrar un plan de tratamiento eficaz basado en el estado del paciente, su edad y otros factores importantes.
Según un estudio de Accenture, en 2026 las principales aplicaciones de IA podrían ahorrar al sector sanitario 150.000 millones de dólares al año.
Desde encontrar un médico hasta concertar una cita, las nuevas soluciones facilitan el acceso de los ciudadanos a los profesionales de la salud.
La telemedicina es especialmente relevante para los pacientes situados en zonas rurales o remotas, donde el acceso a la atención sanitaria ha sido tradicionalmente limitado.
Del mismo modo, los pacientes con movilidad reducida también pueden utilizar esta tecnología para consultar a los profesionales sanitarios.
La realidad aumentada y la realidad virtual son soluciones innovadoras que tienen un gran número de aplicaciones que ayudan tanto a los pacientes como a los profesionales sanitarios.
Por ejemplo, la realidad virtual ayuda a los profesionales sanitarios a aprender a realizar procedimientos de alto riesgo sin poner en peligro a los pacientes, y la tecnología de RA se utiliza para ayudar a los cirujanos a reducir el riesgo de errores.
En el caso de los pacientes, la realidad virtual se utiliza como herramienta terapéutica para ayudar a quienes se recuperan de un trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Uno de los principales retos del sector sanitario es el tratamiento y análisis de la gran cantidad de datos que hospitales, clínicas y profesionales de la salud recopilan a diario.
Sin sistemas de IA robustos que puedan analizar estos datos, es difícil que las organizaciones ofrezcan una atención mejor y más personalizada a los pacientes.
Este reto se ve magnificado con el auge de la telemedicina, ya que las visitas médicas se realizan a través de múltiples canales, lo que dificulta a los profesionales sanitarios la actualización de los historiales médicos de los pacientes.
Por lo tanto, es vital que los profesionales sanitarios creen formas de registrar y actualizar fácilmente los historiales médicos, independientemente de la forma de asistencia de que se trate.
Las organizaciones de todo tipo deben mantenerse extremadamente vigilantes frente a las ciberamenazas, pero estas vulnerabilidades son especialmente costosas para los profesionales sanitarios.
Mientras que las amenazas pueden proceder de quienes buscan hacer daño, otras pueden venir de errores en un producto o en el desarrollo de software.
Las organizaciones que producen software, aplicaciones móviles, sitios web y dispositivos IoMT en el sector sanitario deben garantizar la seguridad antes de lanzar o actualizar productos y sistemas para proteger la privacidad y mantener su imagen de confianza.
Diseñar productos como monitores cardíacos conectados, aplicaciones móviles, sitios web o cualquier otro producto o servicio digital que funcionen a la perfección y sean intuitivos es un gran reto para las empresas sanitarias.
Los recorridos de los usuarios son especialmente complejos en el sector sanitario, donde los productos y programas informáticos son utilizados tanto por pacientes como por profesionales de la salud.
Un dispositivo IoMT incómodo o mal diseñado, por ejemplo, puede estropear la experiencia del paciente y hacer que se quite el dispositivo, limitando los datos que es capaz de recoger.
Por otra parte, si el software de un dispositivo IoMT es difícil de utilizar, esto también limitará la disposición general de los profesionales sanitarios a utilizar o prescribir el dispositivo a otros pacientes.
Dado lo mucho que está en juego en el sector sanitario, las pruebas de control de calidad son obligatorias para el éxito de cualquier organización o producto.
Implementar la transformación digital en el mercado de la salud requerirá una inversión significativa tanto en tecnología como en la contratación y formación de la mano de obra con conocimientos digitales, lo que exige una estrategia meditada para las empresas centradas en la salud.
En última instancia, el éxito de la transformación digital en el sector sanitario se basa en la calidad general de la tecnología que la impulsa, y eso depende de que la tecnología haya sido sometida a pruebas rigurosas.
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