Al interactuar con su aplicación o sitio web, lo primero que perciben sus usuarios es su aspecto visual, ¡y la primera impresión es la que cuenta!
Los consumidores esperan ahora la perfección visual de las interfaces de usuario, que deben ser supervisadas por equipos de garantía de calidad para proteger la imagen de las marcas.
Las pruebas gráficas de no regresión (también conocidas como pruebas visuales de no regresión) son una forma de garantizar que se ofrece la mejor experiencia de usuario posible desde una perspectiva visual, y en este artículo exploraremos en qué consisten, por qué son importantes y cómo realizarlas.
Las pruebas de no regresión (NRT) son una técnica utilizada para comprobar si una funcionalidad nueva o modificada funciona correctamente, suponiendo que la funcionalidad anterior no se ha visto afectada.
La ventaja de este tipo de pruebas es que los probadores sólo comprueban lo que ha cambiado, en lugar de todo el producto, lo que ahorra tiempo y recursos. El objetivo de las pruebas de no regresión es comprobar si aparecen comportamientos no deseados como consecuencia de los cambios más recientes en el software.
La prueba gráfica de no regresión aplica la misma lógica a los aspectos visuales del software.
Los probadores comprueban si los cambios de código más recientes han roto algún aspecto de la interfaz visual del software comparando capturas de pantalla tomadas antes y después de los cambios de código.
Incluso los cambios menores pueden tener consecuencias imprevistas o dar lugar a nuevos fallos.
En última instancia, el objetivo de las pruebas visuales de no regresión es garantizar que la experiencia del usuario sea visualmente perfecta, comprobando que el diseño y los elementos visuales se ajusten a las expectativas.
Las pruebas gráficas de no regresión son importantes para evitar que los costosos errores visuales repercutan negativamente en el usuario final.
Los fallos visuales afectan negativamente a la experiencia visual de los usuarios al utilizar el software y, en muchos casos, estos fallos pueden conducir directamente a la pérdida de ventas y a una imagen de marca comprometida.
Por ejemplo, supongamos que un usuario abre un sitio web y quiere pulsar un botón, pero no puede hacerlo porque un anuncio cubre el botón.
El usuario se irrita de forma natural y se pregunta cómo un problema tan obvio se les escapó a los desarrolladores web, y asociará esta marca con una experiencia de usuario frustrante.
Es posible que piensen: "Si ni siquiera son capaces de hacer bien estas cosas tan obvias, ¿por qué voy a querer comprar ninguno de sus productos o servicios?
En el mundo actual, hay un número aparentemente interminable de combinaciones de dispositivo-navegador-sistema operativo que adoptan a su manera las conversaciones "código a píxel".
También hay que tener en cuenta las diferencias de tamaño y resolución de las pantallas.
El mismo programa puede tener un aspecto diferente (o estar borroso) en distintos dispositivos, lo que aumenta la importancia de realizar pruebas gráficas de no regresión.
Las pruebas funcionales son eficaces para detectar una serie de fallos, pero no los visuales. De hecho, su sitio web o aplicación puede pasar todas las pruebas funcionales, pero seguir teniendo fallos visuales. Además, algunas pruebas no son realmente necesarias, como comprobar la base de una página o la presencia de un rastro de migas de pan.
Para evitar que estas anomalías no deseadas pasen desapercibidas, es necesario realizar pruebas visuales de no regresión.
Las pruebas gráficas de no regresión consisten en realizar capturas de pantalla de la experiencia del usuario antes de realizar un cambio y compararlas con una captura de pantalla realizada después del cambio con la ayuda deuna herramienta de pruebas automatizada.
Para ello, los desarrolladores crean primero un código que replica las funciones del usuario y colocan los controles en los puntos adecuados del código para hacer una captura de pantalla.
La primera vez que se ejecuta el código de prueba, se graba un conjunto inicial de capturas de pantalla que sirve de referencia para comparar todos los cambios posteriores.
Una vez definida la línea de base, el QA ejecuta el código de prueba en segundo plano y, cada vez que se identifica un cambio, se toma una captura de pantalla.
Cada captura de pantalla se compara con la imagen de referencia correspondiente a esa sección concreta del código y el software. Si aparecen diferencias entre las imágenes, se considera que la prueba ha fallado.
Una vez que el código de prueba se ha ejecutado por completo, se genera automáticamente un informe y, a continuación, un revisor examina todas las imágenes diagnosticadas como modificadas con respecto a su línea de base.
Si hay errores que causan estas diferencias de imagen, los desarrolladores pueden corregirlos y volver a ejecutar la prueba para ver si las correcciones han funcionado.
Si los cambios en la interfaz de usuario dan lugar a discrepancias, los desarrolladores tendrán que revisar la captura de pantalla y actualizar las imágenes de referencia con las que se podrán realizar pruebas visuales en el futuro.
Los desarrolladores pueden tomarse su tiempo después de cada nuevo cambio para escanear manualmente las páginas en busca de defectos visuales.
Sin embargo, este método es lento y complicado de realizar para toda una aplicación o sitio web, por no hablar de los errores humanos.
Dicho esto, las pruebas manuales de este tipo pueden permitir realizar pruebas de UX ad hoc o exploratorias, sobre todo en las primeras fases de desarrollo.
La automatización de las pruebas visuales de no regresión ahorra tiempo, reduce el riesgo de errores humanos y garantiza el atractivo visual del software.
Para las pruebas visuales de no regresión, necesitará :
Defina qué debe capturarse en las capturas de pantalla y en qué momento de la prueba se realizarán.
Aquí es donde se asegura de que estos escenarios incluyen una variedad de interacciones de usuario que replican lo que el software tendrá que manejar en el mundo real.
Este paso consiste en comparar las capturas de pantalla recientes (capturadas después de aplicar los cambios de código más recientes en el software) con las capturadas anteriormente.
La herramienta generará un informe detallando las diferencias detectadas entre dos conjuntos de capturas de pantalla.
Uno o varios probadores comprueban e informan de si los cambios introducidos han dado los resultados esperados o si se han producido perturbaciones.
Si se encuentran errores, corríjalos (o envíelos a los desarrolladores correspondientes para que los corrijan). Una vez hecho esto, actualiza la nueva captura de pantalla como referencia para futuras pruebas visuales.
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